Robert Johnson: Pactando con el diablo

 

“Tuve el mejor maestro de todos”

Robert Johnson

Robert Johnson es el más famoso de todos los bluesmen anteriores a la Segunda Guerra Mundial. La causa de esta fama hay que buscarla en la influencia que Robert Johnson tuvo para muchos rockeros blancos, con Eric Clapton a la cabeza, en la década de 1960 y, sobre todo, en el aura de misticismo que envolvió la vida de Johnson, con su consabido pacto con el diablo como tema central de una vida llena de interrogantes.

La historia de Robert Johnson ha sido, y continúa siendo, un rompecabezas para los investigadores. Para empezar, aunque se da como fecha de nacimiento de Johnson el 8 de mayo de 1911, este hecho no se puede afirmar con total rotundidad. Johnson fue el décimo primer hijo de Julia Major Dods y era fruto de una relación extramatrimonial. Así, años más tarde adoptaría el apellido de Noah Johnson su padre biológico. Johnson se casa a los 16 años, pero su joven esposa murió al dar a luz. Johnson, sin ataduras de ningún tipo, se dedica a viajar de un lugar a otro. En Robinsonville, Mississippi, Johnson se encuentra con Son House y Willie Brown a los cuales iba a ver cada vez que tocaban. El joven Johnson, conocido como “Little Robert” en ese momento, tocaba la armónica e intentaba aprender a tocar la guitarra de sus mayores, pero según Son House sin demasiado éxito; es más, su habilidad para tocar era motivo de burla.

Johnson desapareció por un tiempo indeterminado, entre seis meses y dos años. La siguiente vez que Johnson se encontró con Son House y Willie Brown fue en Banks, Mississippi. Entró en el local donde se hallaban sus admirados bluesmen y cuando empezó a tocar, según Son House: “nos dejó con la boca abierta”. Parece ser que fue el propio House quien le preguntó dónde había aprendido a tocar así y según éste la respuesta de Johnson fue “Tuve el mejor maestro de todos” en referencia al diablo.

Algunos investigadores aseguraban que la historia del pacto de Johnson con el diablo fue inventada en la década de 1960 por investigadores blancos. Pero, hoy en día se sabe con certeza que a inicios de la década de 1940 la historia del pacto entre Robert Johnson y Lucifer ya se había propagado, tanto entre los coleccionistas de blues blancos, como en los círculos de bluesmen africano-americanos. Así, las evidencias parecen indicar que el primero en propagar esta historia fue el propio Robert Johnson. Además, el caso de Robert Johnson no es único: el bluesman Tommy Johnson se vanagloriaba, con anterioridad a Johnson, de haber aprendido a tocar la guitarra en un cruce de caminos gracias a la influencia del maligno. Se sabe que entre los Yoruba de África occidental, los cruce de caminos son vistos como lugares de poder donde es posible obtener favores gracias a la intervención de un ser sobrenatural. Estas prácticas fueron llevadas a América por los esclavos y aún perviven en lugares de Brasil, Cuba o Haití. De esa forma, la leyenda del pacto con el diablo hay que contextualizarla dentro de esta tradición.

Otros dos problemas con los que se han encontrado los investigadores a la hora de dilucidar la vida de Robert Johnson son: la gran cantidad de hombres africano-americanos que se llamaban Robert Johnson, algunos de los cuales, además, eran bluesmen y la tendencia de Robert Johnson a cambiar de apellido según iba de un lugar o a otro. Así, se le han constatado al menos ocho apellidos distintos.

Durante esos años itinerantes, Johnson hizo amistad con el bluesmen Johnny Shines y viajaron juntos durante un par de años. En esa época Johnson tuvo una relación con la madre del futuro bluesman Robert Lockwood, Jr., el cual recibiría lecciones de guitarra de Robert Johnson.

Johnson, diablo aparte, recibió lecciones de un músico llamado Ike Zinermon. Las otras influencias musicales de Robert Johnson están muy repartidas; entre ellas se encuentran Son House, Skip James, Kokomo Arnold y Pettie Wheatstraw. Así, algunas de las más famosas composiciones de Johnson, como “Dust My Broom”, “Sweet Home Chicago”, “32-20 Blues” o “Hellhound on My Trail” estuvieron inspiradas por otras canciones de estos bluesmen.

A finales de 1936, Johnson graba sus primeras canciones entre las que se encuentran “Cross Road Blues”, “I Believe I’ll Dust My Broom” y “Terraplane Blues”. Esta última se convirtió en un éxito regional y vendió unas 5000 copias. En 1937 vuelve a grabar y deja para la posteridad clásicos como “Sweet Home Chicago”, “32-20 Blues” o “Hellhound on My Trail” entre otras canciones. Como se ha dicho, muchas de las canciones de Johnson estaban muy influenciadas por canciones de otros artistas. Así, la influencia de Skip James es muy palpable en temas como “32-20 Blues” o “Hellhound on My Trail”. La técnica de tocar la guitarra de Johnson era muy sofisticada y más si se compara con otros contemporáneos suyos que tocaban Delta Blues. Johnny Shines afirmaba que Johnson podía tocar al instante cualquier canción que estuviera sonando en la radio, fuera del estilo que fuera.  Su voz poseía amplios registros y Eric Clapton dijo de él que era el cantante de blues más importante de la historia. Quizá el mayor acierto de Johnson fue el saber sintetizar todos los estilos de blues de su época y hacer con ello una música más accesible y sofisticada que la de predecesores suyos como Son House o Charlie Patton.

El 16 de agosto de 1938, Robert Johnson falleció. Como no podía ser de otro modo su muerte está envuelta en un halo de misterio. Circularon muchas versiones sobre ella, en unas se decía que había sido acuchillado, en otras que lo había matado una mujer. La versión más creíble, hasta ahora, es que murió envenenado por el marido de una amante suya. Pero el misterio no termina allí, ya que hay tres lugares distintos que claman ser el lugar donde yace el cuerpo de Robert Johnson.

REFERENCIAS

  • Gioa, Ted, Delta Blues, W.W. Norton, New York, 2009
  • Guralnick, Peter, Feel Like Going Home, Harper & Row Publishers, New York, 1989
  • https://en.wikipedia.org/wiki/Robert_Johnson_%28musician%29